lunes, 11 de mayo de 2009

Esa fue la última vez que nos vimos.
Estábamos en la parada del 111, ella se dirigía a San Telmo y se tomo el semi-rápido porque ella era así. Muy irritable cuando se lo proponía.
Mientras que esperábamos el colectivo, nos besábamos, ella me mordía el labio inferior y yo me corría para atrás como diciendo “no lo hagas más”, aunque era mentira, a mí me gustaba.
Esa tarde había sido distinta a todas las tardes.
Ella me miraba de una forma especial como queriendo decir algo y yo estaba embobado sin poder decodificar el mensaje.
Necesitaba que ese momento se extienda, que no pase ningún 111, que no pase ningún semi rápido ni ningún semi lento, que no pase nada .Que ella se quede conmigo y que no hable, que no se queje como siempre, que no llore ni me cuente de sus dramas, que me mire y se limite a eso.
Y esbozo su última sonrisa, y fue ahí cuando la ame por primera vez.
Nunca le había dicho que la amaba, no me gusta el hecho de etiquetar los sentimientos, pero ese día si la ame.
Vino el 111 y vino el semi rápido. Subió y desde arriba me saludo con mucha fuerza. Esperé que el colectivo pase las tres cuadras y su figura se pierda en el panorama, cuando ya no lo vi, comencé a caminar rumbo a mi casa.
Y cuando llegue quería llamarla y decirle que formalicemos la relación, pero no la quise apabullar, así que abrí la heladera y tome una dosis de paciencia.
Nunca más la volví a ver, nunca más me atendió el teléfono ni me contesto los mensajes, no me abrió la puerta de su casa y no volvió a aparecer. El motivo no lo se, solo se que se me fue.
Controlé la calma y escribí esta carta:

Te escribo por qué no se dónde estás, quién te llevo, con quién te fuiste. No se por qué huiste abruptamente, por qué te difuminaste en el tiempo, por qué te fugaste hacia los suburbios de la existencia.

Pero en fin, no estas y seguro que esta carta por lo menos te va a llegar, me consuelo con eso.
No fuiste lo mejor que me paso, te lo afirmo de una manera categórica.
Pero fuiste vos, callada, esplendorosa y molesta. No te voy a decir que sin vos no puedo vivir porque acá me tenes escribiendo la onceava carta como un desdichado y encima, solo.
No quiero mentirte diciéndote que los mejores momentos los viví a tu lado, porque creí que nos quedaba lo mejor. No puedo afirmarte ni decirte ni mentirte. Lo único que te aseguro es que desde ese día te espero todos los días antes del anochecer donde intercepta Constituyentes y los Incas , en la parada del 111, y cuando viene mi mirada desespera.
Sea rápido semi rápido o semi lento.

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