Puedo perdonarte

Ahora sí te comprendo y es por eso que puedo perdonarte.
Comprendo tus comportamientos hediondos y disonantes,
Entiendo porque siempre jugaste conmigo al gallito ciego.
Puedo explicarme porque en la escondida nunca me encontraste
Y en la mancha nunca me tocaste.
Nunca existí, fuimos siempre anacrónicos.
En realidad yo era anacrónica para vos... Vos siempre estuviste en mi linea temporal,
Siempre estuviste en algún recoveco de alguna plaza.
Siempre te ordené en mi secuencia narrativa y supe como contar la historia.
Siempre te aceché en las mismas calles y nunca dejó de formarse ese nudo en mi estómago.
Pero yo no.
Nunca aparecí,
Ni en tu secuencia, ni en el relato, ni en el poema.
Ni en la canción de desamor,
Ni en el olvido.
No aparecí en las calles,
Ni en la lejanía, ni en la cita que tuviste y fue patética.
Ni eso fui para vos.
No fui ni siquiera un mal recuerdo. Ni un buen ni mal ni un obscuro.
No fui.
No estuve.
No existí.
No me viste.
No sabes de mi nacimiento ni de mi muerte.
Ojala te hubieses olvidado... Porque olvidarse es haberme tenido presente en algún pasado...
Pero vos no te olvidaste, vos no registraste mi existencia, para vos no soy, no conoces mi nombre... No te suena mi apellido. Simplemente no entendes de quién hablan cuando hablan de mi.
En la perpetuidad, en la inaguantable lontananza..
te aguardo, te conozco y reconozco, te sitúo en cualquier coordenada y te perdono