Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
este amor con que odio,
esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores,
que me juego la muerte.
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
este amor con que odio,
esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores,
que me juego la muerte.
Qué bonito my Lady... si me dieran a elegir...
ResponderEliminarUn beso.
LADY JONES
El punto es que a nadie le dan a elegir, y por eso justamente un piensa, que si le dieran a elegir, de todos modos elegiría lo ya hace..
ResponderEliminarLa neurosis de buscarle sentido al azar
Saludos
Chespi
Es eso mismo, nosotros tenemos la elección.
ResponderEliminarNosotros somos los que hacemos girar la esfera del destino =)
Muy lindo.
Besos=D!!!
¿Podemos elegir lo que no elegimos en el momento en que lo elegimos y no en otro momento? te dejo uno de Olga Orozco que me re gusta desde hace ya mucho tiempo y sigo leyendo tus elecciones... besos!! y.
ResponderEliminarDetrás de aquella puerta (OLGA OROZCO)
En algún lugar del gran muro inconcluso está la puerta,
aquella que no abriste
y que arroja su sombra de guardiana implacable en el revés de todo tu destino.
Es tan sólo una puerta clausurada en nombre del azar,
pero tiene el color de la inclemencia
y semeja una lápida donde se inscribe a cada paso lo imposible.
Acaso ahora cruja con una melodía incomparable contra el oído de tu ayer,
acaso resplandezca como un ídolo de oro bruñido por las cenizas del adiós,
acaso cada noche esté a punto de abrirse en la pared final del mismo sueño
y midas su poder contra tus ligaduras como un desdichado Ulises.
Es tan sólo un engaño,
una fabulación del viento entre los intersticios de una historia baldía,
refracciones falaces que surgen del olvido cuando lo roza la nostalgia.
Esa puerta no se abre hacia ningún retorno;
no guarda ningún molde intacto bajo el pálido rayo de la ausencia.
No regreses entonces como quien al final de un viaje erróneo
–cada etapa un espejo equivocado que te sustrajo el mundo–
descubriera el lugar donde perdió la llave y trocó por un nombre
confuso la consigna.
¿Acaso cada paso que diste no cambió, como en un ajedrez,
la relación secreta de las piezas que trazaron el mapa de toda la partida?
No te acerques entonces con tu ofrenda de tierras arrasadas,
con tu cofre de brasas convertidas en piedras de expiación;
no transformes tus otros precarios paraísos en páramos y exilios,
porque también, también serán un día el muro y la añoranza.
Esa puerta es sentencia de plomo; no es pregunta.
Si consigues pasar,
encontrarás detrás, una tras otra, las puertas que elegiste.
Un grande Gelman. Cuanto menos mambo, frente a minúsculas elecciones.
ResponderEliminarSaluditos Jacky.
En que juego en que andamos, lo bueno es que es de dos jugadores. ¿O no? Nice.
ResponderEliminarBesos Jacqueline, abrazos.
Nosotros elegimos nuestro destino, nuestra senda a recorrer, pero, al fin y al cabo, la dueña y señora de la partida, es la efímera muerte.
ResponderEliminarHa sido un placer leerte, me pasaré más veces por aquí.
Un cordial saludo ^^
¿Te has fijado que a partir del 5º ó 6º comentario no sale la foto del comentarista?
ResponderEliminarSi pudiera elegir, me gustaría que blogger dejara de jugar con nosotros e hiciera las cosas bien (para variar).
Un besito Jacqueline ;)